Ya a esta altura, la mayoría de ustedes estarán informados del proyecto de ley ingresado a la cámara de diputados referente a la implementación en Chile de la Profesión de Optómetra u Optometrista.
Para quienes aún no están enterados les dejo acá la nota de prensa y la página desde donde descargar el proyecto in extenso, ahí podrán buscar el proyecto por cualquiera de estas carácteristicas:
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N° Boletín:
5684-11
Título:
Modifica el Código Sanitario con el objeto de permitir la existencia de la profesión de optómetra.
Fecha de Ingreso:
Jueves 3 de Enero, 2008
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Bueno, luego de haber revisado el texto podrán darse cuenta que el campo profesional del Tecnólogo Médico se ve severamente amenazado.
Hasta hace un tiempo atrás, muchos de los actores de esta temática centraban la discusión en el punto de la refracción, pero la función del optómetra va mucho más allá que la acción de recetar lentes, participa activamente en las atenciones primarias, secundarias y terciarias, realiza las funciones de prevención, promoción y rehabilitación de la salud a través de screening, examenes complementarios, tratamientos y recetando tanto lentes como farmacos de polo anterior (entiendase que esto es todo hipotético y supeditado al destino que tenga la tramitación de este proyecto de ley).
Cabe entonces preguntarse ¿cúal es nuestro destino profesional de llegar a puerto la ley tal y como está planteada hoy?. Al parecer no es tan simple como decir hago un curso y me valido como optómetra, porque hay un trasfondo importante en este tema y este es el que la ley estaría practicamente homologando las profesiones de Tecnólogo Médico con mención en Oftalmología y la de óptico -Contactólogo. Evidentemente hay una diferencia profunda en lo relativo a las mallas curriculares de ambas profesiones (haciendo la salvedad que la formación de ópticos hace muy pocos años tiene carácter Universitario y antes de eso, se exigía demostrar una experiencia de trabajo técnico en una óptica más un examen ante el colegio de ópticos). La creación de una carrera de optómetra tendría que pasar definitivamente por un estudio por parte del Ministerio de Educación en la cual los conocimientos adquiridos por ese eventual profesional tendrían que abarcar la formación del Tecnólogo Médico y además todos los temas técnicos inherentes a la función del óptico-contactólogo, lo cual por lógica tendría que ser mayor a los cinco años que hoy exije la correcta formación de un Tecnólogo Médico Licenciado.
Es imprescindible que todos estemos atentos, receptivos y participativos en lo referente a la defensa de nuestros intereses profesionales y evitar que nuestro campo laboral se vea vulnerado. El Colegio Profesional de nuestra orden debe liderar esta defensa a través del departamento de la especialidad y la Presidencia nacional. No obstante aquello, las organizaciones tales como la sociedad científica, los núcleos regionales y otros afines deben ser informados y consultados respecto de las resoluciones y alcances de esta temática, pues es algo que nos afecta globalmente y no sólo a aquellos de "un lado" o "el otro" como lamentablemente nos hemos divido en los últimos años. Hoy nos vemos enfrentados a un escenario que nos impone reunirnos y velar en conjunto por el bien común de nuestra profesión, de los futuros egresados y por sobre todo de la población objeto de nuestros esfuerzos, la población con dificultades visuales de Chile.
Es RESPONSABILIDAD de cada uno de nosotros no permanecer impavidos ante esta realidad, debemos estar informados y dispuestos a participar de los llamados que nuestro Colegio realice a prestar información o acción.
Atte
TM. Ricardo Maragaño M.
Se les invita también a participar en el foro de tmo.cl para discutir este tema.
lunes, 25 de febrero de 2008
viernes, 4 de enero de 2008
Una idea interesante...
(originalmente publicado en blog de tecmed.cl)
Por estos días se escucha en las tandas publicitarias de las radios un inserto del colegio de periodistas de Chile.
El inserto coloca datos duros respecto del número de escuelas que imparten la carrera de periodismo, el número de egresados anuales y la realidad del trabajo del periodista hoy.
Mucho hemos discutido en este espacio de la libertad de las Universidades de abrir carreras, sedes,menciones, cupos, etc. a su libre arbitrio. Hemos asistido a la gran polémica de la carrera de criminalística en UTEM y vemos como cada año nuevas Universidades imparten también la carrera de Tecnología Médica.
En algunas especialidades como la de oftalmología, hemos sabido de Universidades que abren una sede en la cual su planta docente está constituida exclusivamente por colegas con menos de dos años de experiencia clínica, futuros colegas que están a seis meses de ir a su internado y desconocen materias básicas de nuestra formación; otra Universidad donde la planta docente para la especialidad la constituyen solamente dos colegas y no tiene asegurando campo clínico, etc. Las Universidades privadas tampoco escapan a esta realidad y hay varios ejemplos de apertura de mención sin los requisitos básicos de docentes o campos clínicos.
Seamos realistas, como alumno uno puede haber sido una lumbrera y egresar con un promedio de 7.0, pero sin experiencia clínica no estamos capacitados para enseñar y traspasar experiencia, si no, ¿para qué son los profesores?, ¿por qué no somos todos autodidactas y aprendemos de los libros?
Parece entonces una buena idea la planteada por el colegio de Periodistas... tal como yo lo planteara en un blog anterior, la idea no es hacer publicidad ni contrapublicidad a una Universidad en particular, la idea es hacer tomar conciencia al universo de postulantes a las Universidades que deben manejar la mayor información posible antes de definir su futuro profesional.
Menciona el inserto de los periodistas que el costo de la formación es entre 6 y 18 millones de pesos, lo cual para cualquier familia es no menor. Culmina el inserto con la frase: " ¡¡ No seas un periodista frustrado !! ", que gran sentido tiene esa frase final y que universal puede llegar a ser.
Creo que es tiempo que los colegios Profesionales comiencen a tomar este tipo de iniciativas, porque si el ingreso de alumnos a una carrera en particular disminuye, para las Universidades ya no será rentable mantenerlas abiertas y disminuirá así la oferta de profesionales de ciertas áreas. Finalmente el mercado dará el aviso cuando sea necesario reabrir la formación de ciertos Profesionales, tiempo en el cual se podrán reabrir los programas específicos.
Queda entonces abierto el desafío para nuestro colegio de realizar un catastro real del número de Profesionales Tecnólogos Médicos del País en cada una de sus especialidades (dato que cada Universidad tiene a partir de sus egresados), el número de vacantes de cada especialidad todos los años y el número de egresados de las distintas escuelas.
Los periodistas han dado el primer paso que marca la reacción que debe existir de parte de los profesionales hacia las Universidades que en forma casi dolosa imparten nuestras especialidades y cuyo resultado a la larga empaña el prestigio del grupo profesional completo, porque si un profesional mal formado y mal calificado sale al mercado, estará actuando bajo el mismo nombre profesional que Ud. o yo.
Atte
TM.Maragaño
Por estos días se escucha en las tandas publicitarias de las radios un inserto del colegio de periodistas de Chile.
El inserto coloca datos duros respecto del número de escuelas que imparten la carrera de periodismo, el número de egresados anuales y la realidad del trabajo del periodista hoy.
Mucho hemos discutido en este espacio de la libertad de las Universidades de abrir carreras, sedes,menciones, cupos, etc. a su libre arbitrio. Hemos asistido a la gran polémica de la carrera de criminalística en UTEM y vemos como cada año nuevas Universidades imparten también la carrera de Tecnología Médica.
En algunas especialidades como la de oftalmología, hemos sabido de Universidades que abren una sede en la cual su planta docente está constituida exclusivamente por colegas con menos de dos años de experiencia clínica, futuros colegas que están a seis meses de ir a su internado y desconocen materias básicas de nuestra formación; otra Universidad donde la planta docente para la especialidad la constituyen solamente dos colegas y no tiene asegurando campo clínico, etc. Las Universidades privadas tampoco escapan a esta realidad y hay varios ejemplos de apertura de mención sin los requisitos básicos de docentes o campos clínicos.
Seamos realistas, como alumno uno puede haber sido una lumbrera y egresar con un promedio de 7.0, pero sin experiencia clínica no estamos capacitados para enseñar y traspasar experiencia, si no, ¿para qué son los profesores?, ¿por qué no somos todos autodidactas y aprendemos de los libros?
Parece entonces una buena idea la planteada por el colegio de Periodistas... tal como yo lo planteara en un blog anterior, la idea no es hacer publicidad ni contrapublicidad a una Universidad en particular, la idea es hacer tomar conciencia al universo de postulantes a las Universidades que deben manejar la mayor información posible antes de definir su futuro profesional.
Menciona el inserto de los periodistas que el costo de la formación es entre 6 y 18 millones de pesos, lo cual para cualquier familia es no menor. Culmina el inserto con la frase: " ¡¡ No seas un periodista frustrado !! ", que gran sentido tiene esa frase final y que universal puede llegar a ser.
Creo que es tiempo que los colegios Profesionales comiencen a tomar este tipo de iniciativas, porque si el ingreso de alumnos a una carrera en particular disminuye, para las Universidades ya no será rentable mantenerlas abiertas y disminuirá así la oferta de profesionales de ciertas áreas. Finalmente el mercado dará el aviso cuando sea necesario reabrir la formación de ciertos Profesionales, tiempo en el cual se podrán reabrir los programas específicos.
Queda entonces abierto el desafío para nuestro colegio de realizar un catastro real del número de Profesionales Tecnólogos Médicos del País en cada una de sus especialidades (dato que cada Universidad tiene a partir de sus egresados), el número de vacantes de cada especialidad todos los años y el número de egresados de las distintas escuelas.
Los periodistas han dado el primer paso que marca la reacción que debe existir de parte de los profesionales hacia las Universidades que en forma casi dolosa imparten nuestras especialidades y cuyo resultado a la larga empaña el prestigio del grupo profesional completo, porque si un profesional mal formado y mal calificado sale al mercado, estará actuando bajo el mismo nombre profesional que Ud. o yo.
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TM.Maragaño
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